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Información sobre Soria

Soria es un municipio y una ciudad española, situada en el este de la comunidad autónoma de Castilla y León y capital de la provincia homónima. Su población es de 38 881 habitantes (INE, 2017),5 el 43,7% de la población provincial. El término municipal tiene una superficie de 271,77 km²,6 con una densidad de 144,13 hab./km². Situada a unos 1063 metros de altitud, es la segunda capital de provincia española más alta sobre el nivel del mar, tras Ávila.

Aunque existen indicios de asentamientos de la edad del hierro y celtibéricos, Soria entra en la historia propiamente con su repoblación entre el 1109 y el 1114, por el rey aragonés Alfonso I el Batallador. Enclave estratégico debido a las luchas por el territorio entre los reinos de CastillaNavarra y Aragón, Soria pasó a formar parte de Castilla definitivamente en 1134, durante el reinado de Alfonso VII. En Soria nació Alfonso VIII, y tenía establecida su corte Alfonso X cuando recibió la oferta al trono del Sacro Imperio Romano-Germánico. En Soria murió el depuesto rey Jaime IV de Mallorca, y se casó en primeras nupcias Juan I de Castilla. Pujante durante la Baja Edad Media gracias a su situación fronteriza y su extensa cabaña ovina, Soria entró luego en una lenta decadencia durante los siguientes siglos. Sufrió daños en la Guerra de Sucesión y, más graves, durante la Guerra de la Independencia. La ciudad conserva un importante patrimonio arquitectónico (extensa muralla medieval, palacios renacentistas e iglesias románicas) y es sede del Museo Numantino (con piezas de la cercana ciudad celtíbera de Numancia).

Actualmente, su población de 38.881 habitantes hace de Soria la capital de provincia menos poblada de Castilla y León y la segunda menos poblada de España (tras Teruel). Es particularmente importante en su economía la industria agroalimentaria, y un creciente turismo atraído por su patrimonio cultural. Soria fue mencionada por la UNESCO como buen ejemplo al incluir la dieta mediterránea en su lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.7 También está bajo consideración su inclusión como Reserva de la Biosfera.

Toponimia

Bartolomé de Torres, en su Topografía de la ciudad de Numancia, asegura que el castillo de esta ciudad tomó el nombre de Oria de un caballero griego llamado Dórico, capitán de los dorios, que llegó a Soria desde Acaya. De esta noticia deducen algunos historiadores que los primeros pobladores de la actual Soria fueron los dorios. No obstante, nada a este respecto ha corroborado la arqueología y para otro grupo de expertos los primeros pobladores de Soria fueron los suevos, cuyos reyes, según Tutor y Malo en su Compendio historial de las dos Numancias, establecieron en ella una de sus cortes.

Ambas hipótesis han caído en desuso con el paso del tiempo porque ningún documento las acredita de manera fidedigna. Parece lógico suponer que la palabra «Soria» deriva de dauria, a su vez derivada de daurius, es decir, Duero. A estas versiones, sobre el origen del nombre de Soria, se suman la de Pedro de Rúa, que deriva Soria de Sarra, nombre de la ciudad de Tiro, y de sarranos, sus moradores, de donde viene sorianos. En un libro de armas se narra que cuando Alfonso VII el Emperador reedificó Soria se descubrió una gran piedra con un signo grabado que recordaba a una «S», la cual se añadió al castillo de Oria y dio la actual voz Soria.

Según el profesor Guillermo Tejada Álamo[cita requerida], el nombre de Soria sería una palabra compuesta y sincopada de origen prerromano debida a la repoblación medieval, hacia finales de la Alta Edad Media o principios de la Baja, hecha por algún grupo de repobladores procedente del norte, seguramente del área vascófona (como en el caso de Garray), que se situó en el actual Mirón. Las palabras serían: So (que mira o mirador) y oria, de ur-a (río o corriente de agua), que seguramente es como se le conocía entonces, antes de ser sustituido por la palabra hermana, D(T)urio/a (fuente, y también río). Es decir, El Mirador (o El Mirón) del / al /o sobre el río, en este caso, el Duero-(En castellano romance, «Miranda del Río, o de(l) Duero»). Y se referiría a una especie de atalaya con un poblado que, a partir de la muerte del hijo de Almanzor, en el 1010, podrá bajar con más tranquilidad por la ladera hacia el valle del río y hacia el collado-(barranco en oblicuo en el lado derecho del valle, que dará lugar a un collado y paso hacia el oeste)-; lo que daría origen a la Soria actual.

Historia

Antigüedad y Alta Edad Media

Véase también: Numancia

En el monte Valonsadero, en el término del municipio, se encuentran pinturas rupestres datadas entre el año 3000 y 2000 a. C. (CalcolíticoEdad de Bronce). Fueron realizadas por pueblos nómadas que narraban en las paredes hechos cotidianos mezclados con deidades simples.18 Cuentan con la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC).

En el actual cerro del Castillo se han descubierto restos de un asentamiento de la Edad del Hierro y celtibérico, supeditado este último a la ciudad celtíbera de Numancia, situada a siete kilómetros al norte de la actual ciudad de Soria. Numancia fue la ciudad más importante de los Arévacos, famosa por sus conflictos con Roma en el siglo II a. C. Al frente de una coalición de celtíberos, derrotó en el año 153 a. C. a un ejército de 30 000 hombres mandados por el cónsul Quinto Fulvio Nobilior , dando inicio a veinte años de luchas intermitentes. Finalmente, Publio Cornelio Escipión Emiliano puso sitio a la ciudad con un largo cerco, capturándola en el verano del año 133 a. C., tras el suicidio de gran parte de su población. Numancia fue repoblada con pueblos celtíberos vecinos, y sufrió nuevas destrucciones durante las Guerras Sertorianas. En el siglo III comienza su decadencia definitiva, y generalmente se considera que la ciudad dejó de ser ocupada en el siglo IV d. C., aunque nuevos hallazgos sugieren un asentamiento visigodo en el siglo VI d. C.19

En el periodo previo a la Reconquista, cuando estaba bajo dominio árabe, hay varias menciones controvertidas a Soria. En el año 869, Solimán ben Abús se levantó en Medina-Soria contra el emir de Córdoba, quien envió a su hijo, Al-Hakan, para sofocar el alzamiento. En el año 1079, Al-Kadir ofrece Soria y otra población a Alfonso VI.20

La reconquista cristiana

Durante los siglos x y xi la zona de Soria era importante estratégicamente por su situación junto al Duero, que marcaba el límite entre los dominios cristianos y musulmanes en la denominada «marca del Duero» o «línea del Duero». Los primeros controlaban el norte desde San Esteban de Gormaz, mientras que los segundos se hacían fuertes en el imponente castillo de Gormaz. La definitiva conquista de esta plaza por los cristianos en el 1060, y de Toledo en el 1085, abrieron la puerta a la conquista y repoblación de Soria.

Es posible que en la actual Soria existiese una población ya durante los siglos x y xiMiguel Martel da argumentos apoyando esta hipótesis,21 incluyendo la antigüedad de los restos del anacoreta San Saturio, y la mención de dos caballeros sorianos (Alvar Salvadores y Antolín Sánchez) como capitanes del Cid. Algunos investigadores apuntan a la posibilidad de que fuera conquistada por Fernán González (929-970), primer conde independiente de Castilla, y volviese a pasar a manos musulmanas con Almanzor (944-1002).22 En cualquier caso, por aquel entonces Soria sería una población de poca importancia, ya que no es mencionada al fijarse los límites entre las diócesis de Osma y Burgos durante el Concilio de Husillos (1088), ni en otros documentos.22 La falta de menciones a Soria antes del siglo XII puede deberse también a la preponderancia de la cercana Garray, bajo el cerro de la antigua ciudad de Numancia, localidad que fue definitivamente conquistada en el 1076 por el Reino de Navarra.

Entre 1109 y 1114, el rey Alfonso I el Batallador conquistó definitivamente Soria y la repobló. Alfonso I el Batallador concedió, también por esas fechas, el Fuero Breve, el primer reglamento jurídico de la villa que solo conocemos por fuentes indirectas. Fueron los primeros alcaides conocidos los aragoneses Íñigo López (1117-1125) y Fortún López (1127-?). En los siglos siguientes, Soria fue enclave estratégico debido a las luchas por el territorio entre los reinos de Castilla y León, Navarra y Aragón. La separación entre Doña Urraca y Alfonso I dejaría Soria en manos de este último. Alfonso VII, tras la muerte de su madre Urraca en 1126, no tardó en reclamar las plazas de Soria, Almazán y Medinaceli ocupadas por su padrastro Alfonso. A la muerte de este último, en 1134, Soria pasaría a formar parte de Castilla de forma definitiva.

Después que el conde de Barcelona, D. Ramón Berenguer, tuvo el reino de Aragón por cesión que le hizo el rey monge D. Ramiro, hubo de pedir al emperador D. Alonso le diese á Soria, á la que alegaba algún derecho. Tuvieron estos reyes demandas y respuestas sobre ello, y no concertándose vinieron en que se dirimiera la contienda por la fuerza de las armas, señalándose por cada parte 10 caballeros para entrar en campo, bajo concierto de que los vencedores ganasen la ciudad para su rey. Fueron estos los caballeros del rey de Castilla, y Soria quedó por su corona.

Antonio Perez Rioja.23

Reinado de Alfonso VIII (1158 – 1214)

Ermita de la Virgen del Mirón.

Alfonso VIII nació en Soria, y permaneció ligado a esta villa a lo largo de su vida. La muerte de su padre (Sancho III) ocurrió cuando Alfonso contaba con solo 3 años. Su tutela se la disputaron las grandes casas nobiliarias de los Castro y los Lara. Inicialmente victoriosos, los Lara llevaron al «rey niño» a Soria. Fernando II de León, con ayuda de los Castro, entró en Castilla, invadiendo Toledo y Burgos, y avanzando hacia Soria con el objetivo de que el joven Alfonso le rindiese vasallaje. Sin embargo, Manrique de Lara pudo escapar con Alfonso hacia San Esteban de GormazAtienza y Ávila.24

Esta ayuda de los sorianos para mantener la independencia del Reino de Castilla fue agradecida con una serie de privilegios, como el de los Arneses, por el cual cada nuevo Rey de Castilla entregaba a los nobles de la villa cien pares de arneses, armas, escudos y sillas. Este derecho fue respetado hasta el reinado de Fernando VII, aunque en forma de entrega de 350 000 maravedís desde tiempos de los Reyes Católicos.2526 Alfonso VIII otorgó también a Soria el Fuero Extenso, de gran interés dentro de la legislación municipal y que sirvió de base al propio Fuero Real. En este Fuero Extenso ya refleja la organización de la villa en tres instituciones: la de los Doce Linajes, la de Jurados de Cuadrilla y la de los Sexmeros de la Tierra.27

La vinculación de Soria con Alfonso VIII y su mujer Leonor de Plantagenet quedó reflejada en su escudo, y en varios de sus templos. Explica el gran parecido entre la soriana Iglesia de Santo Domingo y la Iglesia de Notre-Dame la Grande de Poitiers, y los frescos representando el asesinato de Tomás Becket hallados en la iglesia de San Nicolás. Es posible que también Leonor de Plantagenet y su entorno trajeran los temas artúricos que inspiraron la simbología de Los Doce Linajes De Soria.28

En 1195, los castellanos sufren una seria derrota en la batalla de Alarcos. El contingente soriano salvó la vida de Alfonso VIII,29 pero no pudo evitar que fuese herido durante la batalla. Aprovechándose de la debilidad castellana, Sancho el Fuerte de Navarra atacó Soria y Almazán.

Esplendor durante la Edad Media

A comienzos del siglo xiii conoció uno de sus períodos más florecientes gracias a su situación fronteriza. El comercio, desarrollado por los judíos, hizo de Soria una villa importante. Unos 1038 judíos, según el censo de Huete en 1290, habitaban la aljama, situada en los límites del castillo. Según Martel «en el castillo de Soria, dentro del muro principal, hay un cuerpo espacioso en el cual antiguamente hubo trescientas casas y un templo, que hoy dura, aunque arruinado. Muchas de estas casas dicen que eran de judíos, y aquella población, con la que había por fuera, se llamaba alhama». Fueron habitantes ilustres de la judería de Soria los filósofos José Albo y Shem Tov ben Abraham ibn Gaon30

Muchas actividades económicas de la Edad Media soriana giraban en torno a la lana. Capital de una provincia que era cabecera de varias cañadas reales (GalianaSoriana Oriental y Soriana Occidental), Soria controlaba el esquileo estival de sus rebaños y el envío del preciado vellón hacia Burgos y los puertos del norte de la península ibérica. Este gran negocio regulado por el Concejo de la Mesta (creada en 1273) garantizaba la preeminencia de los propietarios ganaderos: los linajes nobles que controlaban la vida municipal.

Alfonso X el Sabio estableció su corte en Soria durante dos meses de 1256. Allí, recibió una embajada de Pisa, ofreciéndole el trono vacante del Sacro Imperio Romano-Germánico. Los caballeros sorianos entendieron que esta oferta era perjudicial para sus intereses y los de Castilla. Manifestaron su descontento con un motín, la llamada Conjuración de Soria,31 que no pudo evitar que Alfonso siguiese adelante con su empeño, finalmente en vano. Muerto el primogénito Fernando de la Cerda, en 1282 el segundo hijo de Alfonso, Sancho, se rebeló para defender sus derechos sucesorios. Soria apoyó la rebelión, si bien otras localidades cercanas siguieron fieles a Alfonso, como Ágreda. Coronado Sancho IV en 1284, su sobrino Alfonso de la Cerda reclamó el trono de Castilla con apoyo de Aragón, provocando una guerra entre los dos reinos con la provincia de Soria como principal escenario.

Durante la minoría de edad de Fernando IV siguieron los intentos de Alfonso de la Cerda, llegando a coronarse rey de Castilla y a tomar el control por dos años de Soria y otras plazas cercanas (OsmaDeza y Almazán).32 En 1304, Fernando IV otorgó el privilegio de que los caballeros y escuderos sorianos no pudieran ser obligados a salir en campaña bélica cuando no asistiesen el rey o el príncipe heredero.25

En 1328Garcilaso de la Vega, Merino Mayor de Castilla y hombre de confianza de Alfonso XI, se desplazó a Soria en búsqueda de aliados contra el infante Don Juan Manuel, quien se había rebelado contra el monarca. Los sorianos, temerosos de que Garcilaso viniese a apoderarse de la villa, no dejaron entrar a Garcilaso, que se tuvo que acuartelar extramuros, en el convento de San Francisco. Los caballeros sorianos advirtieron a Garcilaso que se alejase, y al negarse Garcilaso, decidieron sorprenderlo y darle muerte:

«[L]os sorianos […] idearon una salida en que pudieran cogerlo desprevenido con los nobles de su comitiva. Para conseguir su objeto socavaron el fuerte muro de la ciudad por la parte que daba frente al monasterio, y abriendo un postigo pequeño que cubrieron por la parte de afuera con un ligero tabique, esperaron el instante en que los atalayas colocados encima de la muralla diesen el aviso oportuno. Llegó este con efecto; Garcilaso y su pequeña corte regresando de una excursión por las cercanías, apeábase a la puerta de su alojamiento cuando los de la ciudad empujando el ligero tapial que los ocultaba, se lanzaron detrás de ellos. Aun tuvieron espacio los perseguidos para encerrarse en el monasterio[…]. Sangrientas fueron las escenas de que fue teatro el monasterio; el tumulto dio con Garcilaso en la iglesia, donde disfrazado con un hábito de fraile, estaba arrodillado con un breviario en la mano vuelto al revés, en lo cual le reconocieron porque no sabía leer, y allí le concluyeron a puñaladas33

El año siguiente, Alfonso XI se vengó de la nobleza soriana, ejecutando a varios cabecillas del motín y destruyendo «más de 300 casas principales y sembra[ndo] de sal otras muchas».

Crisis de Fin de la Edad Media

Como muestra de su pujanza, Soria consiguió uno de los preciados puestos de representación entre las dieciséis ciudades con derecho a enviar procuradores a las Cortes del reino de Castilla, y fue sede de alguna de sus reuniones (por ejemplo, la de 1380). En contrapartida, la inestabilidad política del último tercio del siglo xiv permitió que perdiese su condición de realengo, y que Enrique II la cediese al mercenario francés Bertrand Du Guesclin como pago por su apoyo en la Primera Guerra Civil Castellana contra Pedro I de Castilla. La cesión topó con la abierta hostilidad de una población que no deseaba abandonar el dominio real, y las tropas de Du Guescin tuvieron que tomar al asalto la ciudad, en 1369. Tras la renuncia de Du Gueslin, la ciudad siguió (hasta 1539) concediéndose en señorío a miembros de la familia real. Así, fue infante de Soria el futuro Juan I de Castilla, y duquesas de Soria las reinas Catalina de LancasterMaría de Aragón e Isabel de Portugal34

En 1375, el depuesto Jaime IV de Mallorca se retira a la ciudad y es enterrado allí. En la misma iglesia y ese mismo año el, entonces infante, Juan I de Castilla se casó con Leonor, hija de Pedro IV de Aragón el Ceremonioso. Luchando por los derechos de Juan I al trono de Portugal, pereció la casi totalidad del contingente soriano en la batalla de Ajubarrota de 1385.

Hay cierta confusión sobre el momento en el que Soria pasa de ser villa a ciudad. Se dice erróneamente que esto ocurrió en 1266, con una bula de Clemente IV en la que supuestamente concedía la categoría de catedral a la iglesia de San Pedro de esta capital; una noticia que ya en 1788 desmintió Loperráez. Lo cierto es que Soria sigue siendo llamada villa en documentos de 1374, mientras que en un privilegio del 22 de junio de 1377 ya se habla de la ciudad de Soria. Es posible que la elevación a ciudad tuviera lugar en 1375, año en el que hubo varias bodas reales, según los cronistas ya en la cibdad de Soria. 35

Edad Moderna

Palacio de los Condes de Gómara, del siglo xvi.

En 1492, el decreto de expulsión de los judíos, trajo la decadencia económica y social de Soria. Diferentes autores estiman la pérdida de población de entre el 6% y el 25%.36 En aquellas fechas la narración histórica de Soria se interrumpe porque tras la unión de los reinos de Navarra, Aragón y Castilla por los Reyes Católicos, la ciudad dejó de ser un enclave estratégico. Esta situación se prolongó durante la Edad Moderna, en la que el declive de la rentabilidad de la ganadería puso a la ciudad en una coyuntura de deterioro económico y demográfico muy grave. Por otra parte, los dirigentes locales de finales del siglo xvi no quisieron o no pudieron apoyar el velado plan del obispo Acosta para trasladar la sede de la diócesis de Osma a Soria, que hubiese aliviado en parte la decadencia de la ciudad.

Durante el movimiento comunero, Soria se unió inicialmente a la revuelta contra el emperador Carlos V. Mandó cuatro procuradores a Tordesillas, entre ellos a Carlos de Arellano II, que luego sería mariscal de Castilla.37 Terminada la guerra, Soria pasaba a formar parte de las ciudades y villas concedidas a Isabel de Portugal, esposa de Carlos I, que promulgaría las ordenanzas municipales en 1538, una de las primeras en España. Durante el siglo xvi, en la ciudad de Soria se contabilizaban unos 1000-1400 vecinos (unos 3500-5600 habitantes),38 seguramente aumentando paulatinamente hasta 1580 y luego descendiendo por los episodios de peste de finales de siglo, en particular la de 1599.

Tras su paso por Soria en 1592, como escolta de Felipe IIEnrique Cock dejó la siguiente descripción de la ciudad: 39

«La ciudad va subiendo hasta arriba donde se acaba en una cuesta en lo más alto, aunque a mediodía tiene un sierro bien alto, en el que se ve un gran cercado, que sobre ser en tiempos pasados castillo o fortaleza, empero va decayendo poco a poco… Hay en esta ciudad veinte y dos parrochias que representan alguna grandeza… […] Tiene corregidor por su Magestad, y su ayuntamiento de regidores y jurados como las más principales ciudades de España. Hay un buen número de caballeros y mayorazgo de buena renta. El trato principal de su comarca es criar ganados y lanas, y se saca mucha madera de su serranía, porque tiene abundancia de pastos y montes de pinares y otros árboles.»

Enrique Cock

En 1602, de las treinta y seis parroquias originales de Soria ya quedaban solo trece.23 En 1612 había en la capital 6500 habitantes, mientras que en 1710 esa cifra se había reducido a 3300. Durante el siglo XVIII, en paralelo al resto del país, la población de la capital soriana aumentó, contando con 4055 habitantes en 1777.

Alrededores de Soria, según un mapa de Tomás López (1783)

Soria recupera su protagonismo estratégico-militar en la historia de España con la Guerra de Sucesión, al defender la causa de Felipe V y proteger de las pretensiones aragonesas la línea fronteriza (1706-1707). En 1750 se establecen los jesuitas en la ciudad. Para tratar de remediar la decadencia soriana, en 1777 se funda la Sociedad Económica Numantina de Amigos del País.

Siglo XIX

Litografía del ataque francés a la ciudad de Soria durante la Guerra de Independencia

En 1808, tras la invasión francesa de España, Soria se unió de forma decidida al campo antifrancés con la creación el 3 de junio de una Junta Suprema Gubernativa y Militar, que organiza el Batallón de Voluntarios Numantinos, activo en los frentes de Logroño y Sigüenza. El 22 de noviembre de 1808, sin embargo, tropas francesas al mando del Mariscal Michel Ney se presentaron a las puertas de Soria y permanecieron en la ciudad durante tres días, con el consiguiente saqueo. Como consecuencia, la batalla de Tudela se libró mientras que los 20 000 hombres de Ney quedaron inexplicablemente en Soria, lo que libró al general Castaños el quedar atrapado entre dos ejércitos.40

«Si el Mariscal Ney no se hubiese dejado impresionar por los habitantes de Soria, y no se hubiese quedado el 23 y el 24 en Soria […], él debería haber llegado el día 23 según mis órdenes a Ágreda y ni un solo hombre hubiese escapado.» (Carta de Napoleón a su hermano José)41

El 17 de septiembre de 1812, el general de distrito José Joaquín Durán conquistaba la ciudad de Soria, mandando derruir su castillo y murallas. La Guerra de Independencia supuso grandes daños económicos para Soria, y hubo que esperar a la segunda mitad del siglo xix para que la ciudad recuperara sus índices de población y riqueza.

En 1836, se suprime la institución del Concejo de la Mesta, lo que hunde la ganadería, principal fuente de riqueza para Soria. A la caída del Antiguo Régimen la localidad de constituye en municipio constitucional en la región de Castilla la Viejapartido de Soria42 que en el censo de 1842 contaba con 942 hogares y 5400 vecinos.

Tras la muerte de Fernando VII en septiembre de 1833, Soria no se unió al bando carlista. En una semana, José María Cistue, brigadier comandante general de la provincia, alistó y organizó una compañía de vecinos para proteger la ciudad. En 1835, se decretó la leva obligatoria, y se formaron en la provincia dos batallones y un escuadrón, que se enfrentaron a las tropas carlistas en la batallas de Bañón (31 de mayo de 1836) y en la de Arévalo. Estas tropas estaban acuarteladas en el convento de Santa Clara, y defendiendo las puertas de la ciudad. El 16 de julio de 1836, mandada por Basilio García, una fuerza carlista de 1.200-1.400 hombres se acercó a la ciudad. Durante un día permanecieron acantonados en los altos de Santa Bárbara, entrando algunos de ellos en la ciudad para exigir pagos y tomar rehenes. Tras este episodio, la ciudad no sufrió ningún otro ataque de las tropas carlistas, si bien fue amenazada en alguna otra ocasión.29

Desde entonces, liberales moderados y progresistas controlaron la capital, poco partidaria del absolutismo carlista. Como consecuencia, la Universidad de Santa Catalina, considerada entonces una institución absolutista, fue trasladada desde El Burgo de Osma. Sería poco después suprimida (1841), junto con otras instituciones conservadoras (Diputación de los Doce Linajes). En 1841 los liberales progresistas crearon la Escuela Normal para Maestros, que fue suprimida en 1843 con la caída de Espartero.23

Antiguo viaducto de hierro, construido a finales del siglo xix.

La alternancia de la Restauración tuvo en Soria las figuras de Ramón Benito Aceña (diputado y luego senador liberal-conservador desde 1871 hasta 1917), José Hernández Prieta (liberal-fusionista) y Luis de Marichalar y Monreal (diputado conservador desde 1899 hasta 1923).43 El gran tema es el desarrollo de la ciudad y provincia, principalmente el ferrocarril, que llegaría finalmente a Soria en 1892 (ferrocarril Torralba-Soria).

Siglo XX[editar]

Plaza Mayor de Soria.

En 1912 se funda la Caja de Ahorros, como continuadora de la Sociedad Económica Numantina. En 1919 se funda otra importante institución cultural, el Museo Numantino.

Pese a que en las elecciones municipales de 1931 triunfaba la Coalición Republicano-Obrera, las fuerzas republicanas en Soria fueron pocas y divididas. Contaba con figuras como Benito Artigas ArpónJuan Antonio Gaya Tovar y Manuel Hilario Ayuso Iglesias. El partido hegemónico en la provincia sería el Republicano Conservador de Miguel Maura, que en 1936, pese a ser reducidos a la insignificancia en el resto del país, conseguiría la mayoría de actas de diputados en Cortes de la provincia de Soria. El Frente Popular envió al tercer diputado de la provincia, el periodista Benito Artigas ArpónFalange Española contaba con solo 6 miembros.

Tras el estallido de la guerra civil, Soria pasó a ser controlada por el bando sublevado desde la llegada el 21 de julio de 1936 de una columna navarra enviada por Mola y al mando de García-Escámez.23 Pese a no sufrir combates durante la contienda, la represión fue importante, con al menos trescientos muertos en toda la provincia, incluyendo conocidas figuras políticas como Juan Antonio Gaya Tovar. Un aeródromo en la localidad de Garray fue base de la Legión Cóndor durante la campaña del norte44

A finales del siglo xx45 crece el término del municipio porque incorpora a las localidades de OteruelosPedrajasToledillo y Las Casas.

Actualidad

Edificio de viviendas de estilo modernista, obra del arquitecto Ramón Martiarena Lascurain

En la actualidad Soria puede definirse como una capital pequeña, pero activa gracias a la industria del turismo, que conserva en parte su carácter histórico y medieval, y rincones, que rezuman esa magia que ha seducido a los viajeros de todos los tiempos. La ciudad trata de rentabilizar la pátina literaria otorgada por su protagonismo en varias de las Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer46 o en los versos de Antonio Machado47Gerardo Diego.48 También Ángela Figuera Aymerich dedicó un importante poemario al conjunto de la provincia, Soria pura (1949).49 Prueba de la importancia de estas personas en la historia de Soria, el grupo de pop-rock español Gabinete Caligari compuso la canción Camino Soria (1987).

Por otro lado las comunicaciones son escasas, lo que contribuye al estancamiento de su crecimiento. Las oportunidades de estudio y de trabajo para los jóvenes se ven reducidas. Son muchos los que abandonan la ciudad para estudiar y no regresan. Los éxitos de los atletas dirigidos por el soriano Enrique Pascual (Abel AntónFermín CachoReyes Estévez) y de los equipos de fútbol y voleibol del Club Deportivo Numancia han proporcionado a Soria cierto renombre deportivo.